Cuando Paula volvió él ya no estaba, se llevó varios minutos buscándolo entre tanta gente, pero se le hizo imposible. Defraudada, se dirigió hasta la salida.
- ¡TAXI!- tuvo suerte de que en ese mismo instante pasaba uno.
- Where, Miss?- le preguntó el taxista
- to the Royal Academy Of Dance, please.
El taxi arrancó en ese lluvioso día. Paula se apoyó en la ventana y durante el trayecto solo fijó la vista en el paisaje. Era precioso. Ya había ido dos veces antes a Londres, pero no sabía por qué, creía que esta vez no iba a ser igual que las demás. Y de eso se iba a encargar ella, de hacer de aquel viaje algo INOLVIDABLE.
Ya había escampado cuando el taxista le dejó a las puertas de la Royal. Paula le pagó y se dirigió al maletero a coger sus maletas. Una vez que tenía todo el equipaje, fue en dirección al edificio , ese que iba a ser su escuela durante el verano. Cada paso que daba hacia la puerta principal era especial, mágico. Y Paula cada vez tenía mas ilusión. Cuando abrió la gran pesada puerta, no pudo evitar abrir la boca de la emoción. "Es impresionante" pensó Paula. Y se dirigió a la recepción. Allí le informaron de que ésta era la escuela donde daría sus clases por las mañanas de baile, pero que el Campus estaba a 2 km de allí, y que de la puerta salían autobuses cada 5min. Así que después de la breve explicación de la recepcionista en un perfecto español, Paula salió para coger justo a tiempo el autobús que salía para el Campus.
No se lo podía creer, todo era demasiado perfecto.
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